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Complejo Cultural El Molle

Los primeros alfareros del norte de Chile y cuna del pueblo Diaguita.

Los primeros hallazgos de la cultura El Molle fueron en la década del 40 estuvieron a cargo de Francisco Cornelly y recibieron este nombre porque fueron descubiertos en la localidad homónima, a 30 kms de La Serena en el Valle del Elqui. Las investigaciones posteriores dieron cuenta de que este pueblo originario tenía una dispersión territorial bastante más amplia por lo que fue bautizada como Complejo Cultural El Molle.

Se trata de los primeros alfareros reconocidos en el norte semiárido de Chile. El arqueólogo Gabriel Cantarutti, comenta que desarrollar alfaría significó un cambio tecnológico importante en el modo de vida de las sociedades, “son aquellos elementos que permiten que ciertos contenedores puedan almacenar líquido, servir o preparar comida, artefactos que no solamente empiezan a tener roles importantes en el cotidiano vivir, sino que también en la celebración de ceremonias, lo que queda reflejado en la incorporación de estos artículos en las sepulturas al momento de enterrar a las personas”, detalla.

Una de sus principales características es el uso de la tembetá, un objeto cilíndrico elaborado a base de piedra, insertado en el labio inferior, cuya forma tenía variaciones en cada valle.

No eran permanentemente sedentarios, si no que residían durante tiempos prolongados en un lugar, y se trasladaban entre costa y cordillera haciendo uso de todos los recursos que se encuentran en los valles.

“Ahí hay un contraste con respecto a lo que sucede posteriormente con la cultura Diaguita, que eran poblaciones que residían casi exclusivamente en los fondos del valle y en sectores costeros con disponibilidad de agua dulce”, explica Cantarutti.

El complejo cultural El Molle, practicaba una agricultura a pequeña escala y recolectaban productos silvestres vegetales, por ejemplo, semillas disponibles como el algarrobo, el chañar y otras plantas a partir de las cuales se podían confeccionar harinas para procesar y crear otras especies de alimentos. También vivían de caza de Guanacos, Vicuñas u otros animales, además de recursos costeros.

Esta cultura desaparece o se desplaza hacia otras regiones, en el período del 700 D.C, pero se convertirá en la base de la Cultura Diaguita.

LA CULTURA MOLLE EN LA ACTUALIDAD

Actualmente, existen una serie de sitios arqueológicos que permitieron realizar los primeros hallazgos. A juicio de Gabriel Cantarutti, el desafío ahora es recuperar estos vestigios y exhibir, por ejemplo, réplicas de las sepulturas, y los objetos que se utilizaban en los rituales.

“La idea es rescatar el potencial educativo y al mismo tiempo trabajar el aspecto turístico, de manera que se entregue conocimiento y se genere arraigo identitario patrimonial para las personas que viven en el lugar y para el resto de los habitantes que viven en la región”, asegura.